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Marco Antonio Baños Avendaño

COMENTARIO CRÍTICO AL LIBERALISMO SOCIAL DE JESÚS REYES HEROLES

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LECCIONES CONSTITUCIONALES… MARCO ANTONIO BAÑOS AVENDAÑO

Agradezco al Dr. Rafael de la Garza Talavera, la oportunidad de poder hacer un comentario crítico a la luz de Jesús Reyes Heroles para poder a señalar a nuestro Liberalismo Mexicano como un ideal más que no ha podido concretizarse en nuestro país. En este comentario crítico del libro liberalismo mexicano Tomo III, denominado “La integración de las ideas” Capítulo VII.- liberalismo social pág.539-618, debo anotar:

Con la oportunidad de comentar sobre la utopía agraria, considerando las reformas constitucionales y legales del Juicio de Amparo actual, ha desaparecido la figura jurídica del Amparo en materia Agraria, lo cual en el contexto jurídico se considera “Amparo Administrativo Agrario”, las luchas agrarias, la idea social de la propiedad en el Congreso Constituyente esta desvirtuado y hasta desaparecido en la actualidad, podemos considerar que nuestro denominado “liberalismo mexicano” es un Liberalismo a la mexicana”, que ya no es la misma esencia de su origen, su desarrollo responde a necesidades económicas más que a sociales.

Parece ser que hemos vuelto a nuevas condiciones de colonización de nuestro país, a la nueva conquista territorial y empresarial de nuestros recursos naturales, a la mano invisible que gobierna sobre los planteamientos agrarios que, desde los orígenes del liberalismo mexicano, están siendo nuevamente traicionados, ya que no se responde a la clase popular o los intereses de la nación mexicana.

Bustarnante, Zavala, Gutiérrez de Lara, que refieren al origen social de la propiedad, el derecho del Estado a regularla y distribuir la propiedad no trabajada, buscando la mayor igualdad posible en su distribución es ya un abuso contra los verdaderos dueños originarios de la tierra, con las reformas constitucionales al artículo 27 Constitucional, en donde la venta del ejido es ya una realidad, se atenta al derecho de propiedad y por otra se omiten políticas públicas sociales, destinadas al desarrollo agrario.

El autor Reyes Heroles, se pregunta ¿Cómo entonces pudo realizarse la conquista de Yucatán? ¿Cómo al fin pudo conseguirse que permanecieran en la península, hombres que sólo soñaban en grandes montañas de oro para explotar? El modo fue muy fácil. No habiendo minas de oro y plata para halagarlos, los hicieron dueños no sólo de la tierra, sino hasta de los indios. Parece ser que después del fallido Tratado Trilateral de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, la situación del migrante o indígena no ha cambiado mucho, se ha potencializado y se ha recrudecido la explotación hacia los mexicanos, los abusos y muertes están a la orden del día, sin que se haga justicia a la gran masa de indocumentados mexicanos.

Parece ser que las revueltas del EZLN, el discurso indígena vuelve nuevamente a la defensa de los más vulnerables por falta de políticas públicas adecuadas al indígena y a la distribución inequitativa de la propiedad social, por lo que toda rebelión encuentra su cauce natural frente al “nuevo liberalismo” cuyo resultado es la represión constante de los que piden derechos para sus comunidades indígenas.

El pensamiento agrarista de productividad contra laicos y religiosos de Severo Maldonado, con su ley agraria, resulta un ideal que no se concretiza en un México en donde los contrastes de la riqueza son totalmente desproporcionados, no se puede confiar tampoco en los gobernantes de una república imaginaria en donde se informa sexenalmente que estamos en el “primer mundo” y hemos superado la pobreza y vivimos en plena soberanía alimentaria, en donde la tenencia de la tierra es condicionada y donde se deduce que es la tierra mexicana y su defensa, su productividad, la que define un liberalismo social.

Así, como resultado de la Conquista y la Colonia, llega la Revolución, la propiedad privada y social se sigue modificando, la rebelión agraria justificándose cada día por improductividad y falta de condiciones de desarrollo.

El autogobierno indígena como forma de expresión democrática tiene que ser más fuerte ante un mundo globalizador, ante un liberalismo económico que no responde al indígena, al campesino, al productor, los cambios tienen que ser radicales o se repetirá justificadamente el derecho a la rebelión de los enemigos de México, por dentro y fuera del territorio nacional.

Finalmente, parece ser que lo social debe protegerse con el “Amparo Colectivo” con esta nueva figura jurídica, por lo que, lo violatorio a los derechos sociales, se darán con esta nueva modalidad que aunque es insuficiente la norma para defender derechos sociales, que están controlados por la Suprema Corte, quien decide sobre los derechos sociales y colectivos de los mexicanos, sobre la dignidad de una colectividad, las libertades y derechos humanos de todos los mexicanos.

Por último, hace falta una ideología para nuestro tiempo, el mexicano vive esperanzado en rutas nuevas de progreso, de modernidad, de cambios sustanciales a su vida, a su desarrollo, a su progreso, sin embargo, los cauces no pertenecen más que a quienes detentan el poder, la gran manifestación de las ideas, marchas, no refleja el camino a un México lleno de contrastes y errores que cometen liderazgos sociales, nos hace falta rumbo, nuevas directrices, mejores expectativas de vida, mejor desarrollo e industrialización, riqueza efectiva y proporcionada, necesitamos vivir en una sociedad sin vicios y con seguridad pública efectiva, alejarnos de violencias de género y de falta de productividad del campo mexicano.

Parece ser que los problemas han aplastado a México. El Liberalismo Mexicano, no ha tenido un buen desarrollo, no ha alcanzado su plenitud, el humanismo esta siendo derrotado por el desarrollo industrial, el utilitarismo que se hace del ser humano avergüenza la dignidad humana, el poder coactivo, patrimonio del estado, se realiza sin conciencia, únicamente el constitucionalismo puede dar cauce y vigor a las acciones de gobierno, en donde el pueblo pueda gozar de libertades, gozar del poder político compartido, difundir un Liberalismo Mexicano es producir efectos en nuestra sociedad entera, no hacerlo, es caer en un conservadurismo que puede exterminar nuestras propias libertades.

Oaxaca debe luchar por su economía, la deuda pública es ya inmejorable y cada vez parece ser que empeora, Oaxaca debe tener nuevas formas de desarrollo integral para las familias, mejorar la educación de los hijos, los niños, de tal forma que la siguiente generación de las aulas, de los maestros, de nuestra sociedad, herede ideales humanos, libertades que nos atrevimos a conservar contra los colonizadores españoles y hoy, contra de los imperialistas que desean poner cadenas y candados económicos a nuestras libertades y a nuestras conciencias.

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