Ajustes en el gabinete de Alejandro Murat: ¿consenso político o funcionalidad?
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CioInformación.- De los diferentes trascendidos que han surgido en torno a los cambios en el gabinete del Gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, dos conclusiones se hacen presentes: la primera el choque de los grupos de poder al interior del gobierno del Estado y la segunda la posible injerencia de personas cercanas al gobernador que sin ningún cargo administrativo pero si afectivo influye (hasta hoy con pésimas decisiones) en la forma de armar el Gabinete en todas sus áreas.
Los rumores que se han filtrado tratan de influir de buena o mala manera en el animo del mandatario estatal, formular “cortinas de humo” en torno a los verdaderos nombres de los que pronto arribaran a una responsabilidad en el gabinete legal o ampliado y la poca discreción de los que se sienten beneficiados o perjudicados por las decisiones que pronto se harán oficiales.
Sin la posibilidad de hacer un análisis real de la situación política estatal, ya sea por la mala información que llega a su escritorio o por lo cercado que se encuentra por su “burbuja” Alejandro Murat se encuentra en la encrucijada de obedecer acuerdos de terceros para nombrar funcionarios o poner a los mejores en las distintas áreas desde donde pueda fortalecer su mal calificado gobierno.
Pensando en la próxima candidatura al gobierno estatal, Raúl Bolaños, Senador de la República, impulsa a sus personeros en posiciones clave, cercanos del ex gobernador José Murat, presumen en cafés acuerdos y mandatos que responden a sus negociaciones políticas, como la de Eufrosina Cruz Mendoza que aún compitiendo en una planilla del Partido Acción Nacional a la dirigencia estatal busca la titularidad de la Secretaría de Asuntos Indígenas (SAI), lo que indudablemente vicia el proceso interno de ese partido en su renovación de Dirigencia y deja mal parados a los antiguos aliados panistas Naty Díaz y Juan Mendoza Reyes.
Alejandro Avilés y su compadrazgo con él actual mandatario estatal fortalece la posibilidad de cumplir sus caprichos de posiciones y prebendas como sus correligionarios comentan en municipios y regiones.
Suponiendo que German Espinoza llegará a la Secretaría General de Gobierno en el camino quedarían Jorge Toledo Luís, con la llegada del “acuerdo de Polanco”, Eufrosina Cruz Mendoza a la SAI dejarían fuera a Miriam Liborio quien después de su paso por la Comisión Nacional para el Desarollo de los Pueblos Indígenas (CDI) y la candidatura sentía tener los merecimientos necesarios; Mariana Nassar por su conocimiento y cercanía a la familia gobernante se visualiza más enfilada a la Secretaría de Desarrollo Social y Humano (Sedesoh) que a la Secretaría de la Mujer, antes o después del informe de Gobierno este y muchos cambios estarán en la mesa de cafés, análisis y debate político, pero sobre todo y lo más importante es que cualquiera que sean los nombres el trabajo tiene que ser por Oaxaca, más que por las aspiraciones personales o de grupo.
Hay un sin fin de priistas que trabajaron en la campaña de Alejandro Murat, aportaron votos, y no han recibido la oportunidad de trabajar junto al mandatario local, personas que por grilla o nulo linaje político no han podido ser escuchados por el que decide las posiciones, por otra parte algunos funcionarios que han realizado bien su trabajo se encuentran “en la rayita” por las grillas e intrigas de contrarios políticos, decisiones sin razonamiento integral contribuirán a hundir la poca esperanza que los oaxaqueños guardan de la actual administración y fortalecerán la expectativa de que el nuevo gobierno federal encabezado por el Movimiento de Regeneración Nacional (Movimiento) ponga orden aún en los estados donde el aire de autonomía parece ir desapareciendo con el poder y legitimidad que las urnas le dieron al próximo Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
La cirugía que requiere la actual administración estatal no es menor, requiere de talento, visión, conocimiento, pero sobre todo humildad, para colocar a los más aptos aún sin ser los mejores, a los que son capaces de adecuarse a las circunstancias haciendo frente a retos y sobre todo intrigas, deben en conjunto con Alejandro Murat a la cabeza, redefinir el objetivo para que no existan dudas de quien gobierna, para que no allá suspicacias sobre a quien obedecer, pero sobre todo para que a dos años de distancia, los oaxaqueños puedan sentir que un gobierno distinto a comenzado, que ahora sí Alejandro Murat y Oaxaca comenzaran a escribir su propia historia. Aún en Oaxaca hay esperanza.