Redacción CIO.
El día de hoy se llevará a cabo la muy mencionada XXII Asamblea nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), donde los miles de consejeros convocados a este encuentro de lo más granado y representativo del priismo nacional, votaran de manera “abierta y democrática” los cambios, las adecuaciones o modificaciones que consideran les darán fortaleza para afrontar exitosamente el proceso electoral 2018.
Con las pasiones y un cumulo de intereses que despierta cualquier proceso electoral , particularmente el de 2018, donde estará en “juego democrático”, la Presidencia de la República, Senadurías, Diputaciones federales, locales y presidencias municipales, hay al interior del priismo voces que piden democracia interna, transparencia en la elección de candidatos, equidad en la distribución de posiciones políticas, todo esto con la intención de tener un PRI de acuerdo a lo que la militancia y el país demanda, según sus dichos en las distintas mesas temáticas de la Asamblea nacional priista.
Con temas sensibles a los intereses de los grupos priistas, más que de la militancia en su conjunto, el PRI comenzó el día miércoles las deliberaciones de lo que serán las reglas al interior y la imagen hacia el exterior, de un partido que esta en el peor momento respecto a la percepción que el ciudadano tiene de el, por las múltiples fallas de sus representantes, corrupción de gobernantes emanados de las filas priistas, hartazgo y extinción del discurso revolucionario del siglo XX.
En voz del ex gobernador oaxaqueño Ulises Ruiz Ortiz, se dejo escuchar en Campeche :”la militancia esta hasta la madre de imposiciones”, al referirse a la controvertida propuesta de abrir la posibilidad para que algún ciudadano, que no sea militante del PRI, pueda aspirar a la candidatura de ese añejo partido político.
Hasta hoy en el pleno de la XXII Asamblea Nacional, podrá valorarse si ese discurso retador para algunos, necesario para otros y de simple berrinche para la mayoría, tiene consecuencias que realmente permitan que el PRI logre una refundación tan necesaria para ellos, como para los mexicanos que requieren contar con opciones políticas frescas, idearios actualizados, ejes de acción que tengan al ciudadano como pilar y no solo como pretexto, para lograr concretar ambiciones políticas o de poder, de personas o grupos.
Ivonne Ortega ex gobernadora de Yucatán, sentencio la gran necesidad de un proceso abierto a la militancia para elegir al próximo abanderado tricolor para competir por la Presidencia de México, esta petición más institucional, pero con las mismas connotaciones de rebelión, ponen en alerta al grupo presidencial priista, frente a los “duros”, a los reformadores, a los que piden las riendas de un instituto político que pareciera va a la deriva, ya que su capitán real, se encuentra en las mismas condiciones, “poco mas, poco menos”.
La Asamblea Nacional, como el máximo órgano estatutario adquiere plena vigencia cuando emanan de ella resolutivos, que se convierten en indicaciones concretas para todos los órganos de dirección partidista; lo que acusan unos y atajan otros, es que las decisiones emanadas de esta asamblea nacional, tienen dedicatoria o destinatario, buscan limpiar el camino a favor del grupo peñista, teniendo de testigos presenciales a los que con más discursos que con hechos, no podrán cambiar la decisión, del máximo órgano partidista.
Después de que se apruebe el ultimo punto de la Asamblea Nacional priista, es que los mexicanos sabrán, si el “estamos hasta la madre” es una verdad del priismo nacional, una causa de un grupo reformador o solo un clamor para la negociación y repartición de cuotas para los cuates, en el venidero proceso 2018, sabremos si existen priistas capaces de sostener en los hechos el hartazgo que pregonan en sus dichos, por lo menos eso les limpiaría la cara por los excesos cometidos o por los dedazos repartidos, cuando a ellos les toco decidir y no lo hicieron precisamente a favor de la militancia.
Solo el PRI podrá refundarse y adquirir credibilidad paulatina, cuando sus más “connotados “militantes se conduzcan con congruencia; afuera o dentro de ese partido, mucho le abonaran a la vida democrática del país, de no ser así estarán condenados y condenando a millones de priistas a ser espectadores de la derrota de algunos o lo peor, la victoria de pocos, que se sentirán con la fortaleza suficiente, de no compartir el poder con los verdaderos dueños de ella: los mexicanos.