Montiel Cruz
Es viernes, los primeros rayos del sol iluminan este gran llano. Un valle enorme. Agrandado por las oscuras, negruzcas cordilleras. Nudos de montañas que parecen empujarse, dilatarse; prolongarse. La tierra se advierte infértil. Para hombres y animales. Región llamativa. Un ligero viento sopla a las 06:00 de la mañana, aire que apenas si logra hacer volar el sombrero o la gorra. Racha que ni siquiera despeina. En cambio la polvareda que se forma por la llegada de enormes camiones y camionetas cargados de toda clase de ganado dificulta el transitar, el respirar.
Conforme estacionan las unidades de motor, el paisaje cambia, de árido e infértil a una gran masa de toros, bueyes, becerros, caballos, burros, alguno que otro chivo o cerdo y en un ir y venir de ganaderos que buscan, encuentran, compran, venden e incluso emplean el ancestral trueque.
Es el Baratillo de San Antonino Castillo Velasco, Ocotlán; que como cada viernes reúne a cientos de mujeres y hombres, jóvenes y viejos que procedentes del Istmo, Mixteca, Valles Centrales y la Sierra Norte y Sur arriban con la finalidad de vender o comprar ganado.
Con dos décadas de vida, este gran mercado de ganado se consolida como uno de los más importantes de la entidad, pues en promedio cada viernes se comercializan hasta mil cabezas de ganado cuyos precios oscilan entre los 3 mil hasta los 50 mil pesos por animal.
Caminar por el terreno de casi ocho hectáreas es prácticamente imposible, pues debe uno sortear a los bueyes, toros, vacas, becerros que amarrados a los postes se muestran nerviosos.
En Ocotlán de Morelos, el baratillo de ganado bovino, porcino, caprino, se resiste a “morir” y sigue siendo el eje de la economía.
Tras un recorrido por el Baratillo de Ocotlán de Morelos y San Antonino Castillo Velasco, el presidente del Frente Indígena Urbano y Campesino A.C., (FIUC), Élmer Gaspar Guerra, llamó a hacer compras de animales en estas dos comunidades, pertenecientes a la región de Valles Centrales.
Originario de Santa Ana Zegache, el dirigente destacó que desde las comunidades se debe seguir impulsando la economía local, porque existe una gran diversidad en estas poblaciones del distrito de Ocotlán de Morelos que viven del comercio.
El líder destacó que si los propios ocotecos consumen los animales, mueven la economía no sólo de los ganaderos, sino de todos los vendedores que se establecen los días viernes que es el día de plaza en ambas localidades, lo que contribuye también al desarrollo de las familias más humildes.
En este mismo sentido, el representante legal del FIUC sostuvo que al realizar las compras en los locales donde venden los verdaderos productores, se tiene también garantizado que se trata de productos orgánicos y de excelente calidad.
Es de señalar que en San Antonino Castillo y Ocotlán de Morelos pueden encontrarse las reconocidas empanadas de amarillo, los molotes, pero también artesanías.