Dos días de violencia, golpes y palos largos en el Congreso del Estado de Oaxaca
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Rodrigo Islas Brito
La belicosidad, agresividad y violencia con la que diferentes habitantes de las comunidades del estado de Oaxaca llegan a la Cámara de Diputados del Estado, a exigir que se les atienda en demandas que siempre tienen que ver con una mayor participación de recursos o la desaparición de poderes en las cabeceras de los municipios se ha hecho más intensas en esta última semana.
Este tres de diciembre un grupo de pobladores de Santa María Teopoxco quienes protestaban en el Congreso del Estado en San Raymundo Jalpan, con el fin de exigir la desaparición de poderes de su municipio ubicado en la región de la Cañada, entraron a base de empujones a tropel al recinto legislativo, con reportes que hablan de que también repartieron trancazos y palos en el proceso, descalabrando a un hombre que fue atendido en la enfermería del Congreso con tres puntos sobre una herida expuesta, y golpeando también a la periodista Rebeca Luna Jiménez, contra quien se fueron encima después de que esta los grabará en su violento accionar.
“Sólo un gracias puedo decirles a los que me ayudaron. Desde doña Chuy de la caseta de comida, su hija, la presidenta de Telixtlahuaca que me auxilió en ese momento y el de seguridad del Congreso para que me atendiera el médico”, comentó Luna en su red social sobre el momento en el que la turba se fue contra ella sin lograr quitarle su celular.
“Yo les dije que soy reportera, que no puedo ver bien por mi enfermedad de cataratas, y no les importó. Éste miércoles interpondré la denuncia penal, quizás sólo un trámite más para engrosar las agresiones contra periodistas, pero algo que más agradezco a Dios porque sólo fueron golpes que mañana, espero se me quiten: porque de justicia como están las cosas no creo encontrarla”, consideró la periodista y antigua colaboradora del diario El Despertar.
La agresividad afuera del Congreso del estado no concluyó con lo acontecido a Luna Jiménez. Este cuatro de diciembre, día de sesión de la 64 legislatura, un grupo de pobladores de San Miguel Peras, distrito de Zaachila, bloqueo el edificio legislativo por sus tres entradas, posesionándose afuera con sendos palos en la mano que blandían frente a la gente que adentro y atorada en la entrada y salida, quería salir del Congreso sin que esto le fuera permitido.
Las razones para el bloqueo y la actitud amenazante de aquellos que se identificaron como provenientes de San Miguel Peras nunca quedaron claras. Sus pancartas con sus demandas descansaban debajo de sus antebrazos dándole prominencia al tamaño de sus varas que más bien parecían garrotes.
Afuera y adentro, las personas que atienden las casetas de comida que se encuentran afuera del Congreso aconsejaban calma a las personas que necesitaban salir o entrar al Congreso. “Tranquila chula, esos señores se ven muy enojados y ayer se puso muy feo”, comentó una mujer que atiende uno de los puestos de comida a otra mujer de unos treinta años que insistía en que tenía que entrar al Congreso a realizar un trámite inaplazable.
Al final, la mujer optó por tomar un colectivo y regresar otro día donde en la entrada no hubiera gente armada con palos y cara de estar más que dispuestos a reventarlo en la humanidad de quien les llevara algún tipo de contraria.