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Expertos plantean una auditoría ante los 863 mdp ‘invertidos’ en el Citybus, en Oaxaca

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Álvaro Morales

Ante las críticas de diversos sectores y señalamientos de presuntos actos de corrupción, el constructor oaxaqueño y hasta enero pasado líder estatal de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Felipe Palacios Sibaja, llamó a las autoridades estatales a auditar las obras del CityBús a efecto de transparentar el destino que tuvieron los más de 860 millones de pesos que han sido invertidos en ella y, al mismo tiempo, llamar a un organismo colegiado, integrado por asociaciones y cámaras especializadas de la industria de la construcción, para que atestigüé tales revisiones, las legitime y puedan así disiparse o confirmarse las sospechas.

El líder indicó que la transparencia y la rendición de cuentas son los únicos canales a través de los cuales el gobierno local puede reivindicar aquel proyecto, cuya funcionalidad ha sido puesta en duda por diversos especialistas de la entidad, entre ellos de la Asociación Mexicana de la Industria de la Construcción (AMIC) y el Colegio Libre e Independiente de Arquitectos del Estado de Oaxaca.

Tal y como lo han aseverado otros arquitectos consultados por Agenda CIO, Palacios Sibaja sostuvo que el proyecto del CityBús fue ideado sin una planeación suficiente y sin una metodología técnica exigente, lo que ha quedado de manifiesto en las múltiples contingencias que han tenido que sortear los conductores de los autobuses que conforman la nueva modalidad durante su primera semana de prueba, como circular sin un carril confinado bien delimitado y entre vialidades anegadas y plagadas de baches, con la invasión de autos particulares, unidades de pasaje de otras empresas y, por su fuera poco, puestos ambulantes.

–¿Considera que el CityBús pueda ser un proyecto duradero, permanente?, consultó Agenda CIO.

–Es necesario revisar muchas cosas, replantearse, y la voluntad del gobierno para trabajar en equipo, buscar a la gente que lo pueda apoyar y hacer que sea así (un proyecto) a futuro.

–¿Pugnaría porque se convoquen a los sectores especializados para replantear el proyecto?

–Sí, para todos los temas de infraestructura hay que convocar, hablar con los especialistas para dar opiniones, para escuchar sugerencias y buscar las mejores acciones para llegar a un buen resultado; eso no quiere decir que tenemos que pensar en que no va a funcionar o en que no hay que terminarlo: si ya se invirtió tanto dinero, lo que tenemos que hacer es buscar que a ese dinero se le dé la satisfacción que se esperaba, que se espera a la ciudadanía, pero para eso hay que trabajar en equipo.

–Las cifras más prudentes dicen que el proyecto ha costado 860 millones de pesos en infraestructura; otras proyecciones hablan de mil millones de pesos, ¿los vale?

–No conozco el proyecto, sobre cómo se desarrolló, cómo se ha invertido. La cantidad de dinero hay que revisarla, así sean 800 o 50 millones de pesos; veamos la manera de eficientar ese recursos y que sea transparente, que se pueda tener a la vista de todos en qué se invirtió todo.

>Lo que vemos hoy, como se menciona, un autobús transitando sobre baches, te da mucho qué desear y habría que ver también desde cuándo se viene trabajando todo esto… es un tema que es complejo y que se requiere de una revisión y una transparencia de los recursos que sirva para beneficio de la ciudadanía.

–Como experto en obras tanto locales como en otras entidades del país, ¿cree que el proyecto valga eso?

–No tengo los números, los datos para decir si vale o no vale… por eso se necesitan de trabajos en conjunto para revisar y ver y poder dar un resultado y unas cifras claras a la ciudadanía.

–¿Entonces, valdría la pena realizar auditorías firmes como lo piden muchos sectores?

–Independiente de que hay opiniones a favor o en contra, la auditoría es sana para todos, es parte de los procesos de ejecución de las obras (y) todo tiene que estar disponible para que haya una revisión, una auditoria… es lo más sano para todos

–¿Sería sano llamar a colegios, cámaras y organizaciones como representantes de la sociedad?

–Definitivamente, eso no tiene vuelta de hoja, eso debería ser así: Debería convocarse, que todos participen y que eso le dé seguridad a la ciudadanía; que participemos la gente que esta inmiscuida en el ramo de la construcción, en todos los temas de infraestructura. Las auditorias van a dar mucha transparencia, legalidad, a todo el recurso que está invertido en esas obras.

Proyecto caro e infuncional

 

Como Agenda CIO reportó el lunes pasado, hasta 2018, el Citybús de Oaxaca había recibido una inversión de 600 millones de pesos, de acuerdo con informes proporcionados por la Secretaría de Administración.

Si aquella cantidad se divide entre los 8.5 kilómetros que conforman el circuito inicial del proyecto, de Trinidad de Viguera a Santa Cruz Xoxocotlán, el precio por cada kilómetro fue de 70 millones de pesos; es decir, por cada metro, los oaxaqueños pagaron 70 mil 588 pesos.

El Macrobús, de Guadalajara, inaugurado en 2009, tuvo un costo por kilómetro de 50 millones de pesos y fue desarrollado en menos de un año; el Metrobús, de Monterrey, tuvo un precio de 54 millones de pesos por kilómetro y continúa en vías de expansión; la Línea 1 del Metrobús de la Ciudad de México, cuyo costo fue de 28.5 millones de pesos por kilómetro, mueve en la actualidad a 500 mil usuarios.

Uno de los argumentos más utilizados por la pasada administración para justificar el elevado costo del proyecto fueron las acciones emprendidas para adecuar con concreto hidráulico el carril confinado de todo el circuito, de Viguera a Xoxocotlán y de Xoxocotlán a Viguera.

Sin embargo, según cotizaciones de empresas constructoras de Puebla, un kilómetro de concreto hidráulico de carretera tipo A-4, con más de tres carriles por sentido, asciende a 60 millones de pesos, incluidos material de óptima calidad y los costos de las adecuaciones, correctivas y de mejoramiento, para su buen funcionamiento.

A partir de esos números, las erogaciones por colocar concreto hidráulico de la misma calidad sobre los dos carriles del Citybus a lo largo de sus 8.5 kilómetros de trayecto, debieron tener un tope máximo de 170 millones de pesos.

Si se suman los gastos por la colocación del concreto y las adecuaciones del carril confinado, y el de la compra de los 43 autobuses marca DINA, valuados en 120 millones de pesos, con los que en teoría se cubriría la primera ruta del Citybús, las erogaciones hechas por el gobierno ascenderían a 290 millones de pesos; es decir, los rubros más costosos del proyecto serían sufragados con menos de la mitad de la inversión final que reportaron las autoridades.

Luego, el pasado 11 de febrero, antes de renunciar al cargo para buscar una diputación federal en las elecciones del pasado seis de junio, la entonces titular de la Secretaría de Movilidad (Semovi), Marianna Nassar Piñeyro afirmó ante el Congreso de Oaxaca que el actual gobierno estatal había invertido 263 millones de pesos en el rescate del Citybús.

Sumados a los 600 millones de pesos reportados en 2018, la cantidad de recursos gastado en aquella obra, sumaban hasta entonces 863 millones de pesos.

De acuerdo con la ex funcionaria, aquellos 263 millones de pesos se habían invertido en “tres grandes acciones”: Equipamiento de tecnología en terminales y autobuses, propiedad del Gobierno del Estado; construcción de estaciones intermedias especiales y accesos francos en la zona de la Central de Abasto, semaforización y señalización Inteligente del Corredor Poniente.

El recurso, explicó, tuvo el siguiente origen: 66 millones de pesos gestionados por la Secretaría de Movilidad ante el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin); 48.55 millones de pesos provenientes del Fondo Metropolitano, gestionados por la Secretaría de Finanzas (Sefin) y más de 149.6 millones son inversión pública estatal de la presente administración.

Sin embargo, a pesar de tales inversiones, el Citybús comenzó a circular en una ruta que nada tiene que ver con el trazo inicial y con ninguna de las obras anunciadas con la última inversión culminadas.

–La administración anterior justificó gastos millonarios tanto en la adquisición de autobuses como en la construcción del carril confinado con concreto hidráulico, ¿qué opinión tiene?

–Habría que revisar cual es el plan completo, qué es lo que se pretende y no desperdiciar situaciones millonarias del erario del estado o federal… habría que ver cuál es la justificación, tiene que haber una justificación y regreso a lo mismo, al tema de que falta mucha planeación para echar a andar un sistema como éste.

>Para que sea un sistema habría que revisar si es un sistema o, por el contrario, únicamente dos o tres líneas y el beneficio, así, a lo mejor no va a ser el esperado… personalmente como ciudadano, no apreció mucho dónde va a estar el beneficio.

-Usted encabezó la CMIC el periodo anterior –2017-2019–, durante este periodo ¿fueron llamados, notificados, para dar una opinión sobre el CityBús?

–En el tema del CityBús no sé si se estuvo trabajando (durante aquel periodo 2017–2019), pero no me tocó a mí ser convocado.

–¿Hubiera sido buena una convocatoria? ¿tienen la capacidad para dar un punto de vista?

–Definitivamente… siempre va a ser importante y es lo que hemos exigido, que se convoquen a las cámaras de la construcción, a los colegios, que son puntos fundamentales en el aporte, en la asesoría, en la opinión en temas de infraestructura, pero no se da

>Ha sido poca la convocatoria, por lo menos en el tiempo que estuve al frente de la CMIC, pero (la participación) es importante, pues esto va a permitir que se tengan consensos. Lo que nos ha pasado una y otra vez es que vienen empresas foráneas, desde los proyectos, a pesar de que Oaxaca es reconocido en otras partes del mundo por nuestra creatividad, por todo lo que hacemos; en nuestra casa tenemos que traer a gente de fuera y no hay congruencia en eso.

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