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Gastan dependencias 160% más de lo presupuestado en Oaxaca

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Ivonne Mateo

La administración pública estatal, integrada por 24 dependencias, gastó casi tres veces más de lo presupuestado durante el primer trimestre de 2020, siendo las áreas de infraestructura; seguridad y administración las que reportaron los despilfarros más grandes.

El último informe contable de la Secretaría de Finanzas señala que se asignó un presupuesto de 4 mil 262 millones 153 mil pesos para el gasto de enero, febrero y marzo en la administración pública descentralizada, sin embargo, las dependencias gastaron hasta 11 mil 113 millones 314 mil pesos.

La Secretaría de las Infraestructuras y Ordenamiento Territorial Sustentable (Sinfra) gastó 176 millones de pesos por arriba de lo presupuestado para el primer trimestre del 2020, esto representó ampliaciones 4 veces superiores a lo aprobado en un inicio por los legisladores.

La Secretaría de Administración es la segunda dependencia que reportó la cifra más alta con el gasto de 68 millones de pesos por arriba de lo presupuestado para el primer trimestre del 2020. Esto representó una ampliación del 30 por ciento en su presupuesto inicial.

La Secretaría de Seguridad Pública erogó 40 millones de pesos extra a lo aprobado inicialmente por los diputados locales para los primeros tres meses del 2020, rebasando así un 12 por ciento la cifra asignada originalmente.

Las dependencias que gastaron entre 5 y 9 millones de pesos arriba de lo aprobado y, en algunos casos, duplicaron la cifra asignada por los legisladores para el primer trimestre del año fueron las secretarías General de Gobierno, de Cultura, de las Mujeres Oaxaqueñas, de Turismo, del Medio Ambiente, de la Contraloría y Transparencia Gubernamental, de los Pueblos y Afromexicanos; la Consejería Jurídica y Gubernatura.

El Instituto Mexicano para la Competitividad explica que si bien los presupuestos aprobados son susceptibles de modificaciones a lo largo del año y que en ocasiones estas tienen una justificación técnica (algún desastre natural o alguna otra contingencia), también es cierto que las variaciones sistemáticas y significativas entre los montos aprobados y ejercidos son sintomáticas de un mal proceso de planeación y/o ejecución de los recursos públicos.

“No importa si los gobiernos prometieron austeridad o si comprometieron recursos a partidas presupuestales específicas como inversión pública, salud, seguridad o a algunos otros temas prioritarios. Las prioridades dejan de serlo cuando los presupuestos presentan variaciones ingentes sin que medie justificación alguna a la ciudadanía o a nuestros representantes”, argumenta el Centro de Investigación al condenar la nula intervención de los diputados locales en los gastos excesivos.

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