Hallan sin vida y con huellas de violencia a hermanas raptadas en Michoacán
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Las hermanas Laura y Claudia Mateos Reyes fueron localizadas sin vida en el municipio de San José del Rincón, Estado de México. Ambas mujeres habían sido sacadas a la fuerza de su domicilio en Senguio, Michoacán.
La identidad de los cuerpos encontrados fue confirmada por autoridades de la fiscalía de Michoacán; en una publicación de su Alerta Alba, la fiscalía del estado señala a ambas jóvenes como localizadas.
La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) informó del hallazgo de dos cuerpos de mujeres en la carretera Angangueo-San José del Rincón, paraje La Quebradora, en la localidad Palo Amarillo, de San José del Rincón.
La dependencia indicó, en una tarjeta informativa, que los cuerpos presentaban disparos de arma de fuego y que se inició una carpeta de investigación por el delito de feminicidio.
Añadió que en el sitio fueron encontrados indicios de actividad criminal y una cartulina con un mensaje intimidatorio. Ambas estaban descalzas, boca arriba con rastros de grave violencia.
La dependencia indicó, en una tarjeta informativa, que los cuerpos presentaban disparos de arma de fuego y que se inició una carpeta de investigación por el delito de feminicidio.
Añadió que en el sitio fueron encontrados indicios de actividad criminal y una cartulina con un mensaje intimidatorio.
“Elementos de la policía municipal de San José del Rincón informaron a esta institución sobre el hallazgo de ambos cuerpos sin vida, por lo que personal de la FGJEM se trasladó al lugar para llevar a cabo las primeras diligencias”, señaló la fiscalía.
La noche del pasado 9 de mayo, un grupo armado irrumpió en una vivienda de la comunidad de Carindapaz, municipio de Senguio, Michoacán, de donde sustrajo a las hermanas.
Testigos refieren que, entre las 10:00 y 11:00 de la noche del pasado lunes, varios hombres fuertemente armados irrumpieron en el domicilio.
Los criminales tomaron por la fuerza a las jóvenes de 26 y 30 años de edad, respectivamente, y antes de llevárselas golpearon a más familiares que estaban en la casa.
Laura y Claudia fueron sustraídas con rifles que apuntaban a sus cabezas y entre jaloneos, mientras dos niños, hijos de una de las víctimas, eran testigos del hecho.