Las cinco mujeres clave detrás de la Independencia de México
Compartir
Aunque muchos de los nombres de aquellas mujeres quedaron en el anonimato, Leona Vicario, Josefa Ortiz, Gertrudis Bocanegra, Mariana Rodríguez Toro y María Ignacia ‘la Güera’ Rodríguez trascendieron el veto de la historia y lograron visibilizar el rol de ellas en la gesta emancipadora.
Durante muchos años la historia de la guerra de Independencia de México, iniciada la madrugada del 15 de septiembre de 1810, en el pueblo de Dolores (Guanajuato), ha estado enfocada en destacar las figuras masculinas detrás de esa gesta, a “los héroes que dieron la patria”. Sin embargo, esa insurgencia no habría sido posible sin la participación activa de las mujeres.
Ha sido Josefa Ortiz de Domínguez, conocida como ‘La Corregidora’, a quien más se le ha distinguido, pero fueron miles de mujeres las que sumaron a las fuerzas independentistas y participaron en los combates caminando con las tropas, alimentándolas, curándolas, aportando dinero, sirviendo de informantes y de guías. También hubo muchas que ofrecieron sus casas como refugios y dieron la lucha desde múltiples frentes.
Aunque muchos de los nombres de aquellas mujeres quedaron en el anonimato, Leona Vicario, Josefa Ortiz, Gertrudis Bocanegra, Mariana Rodríguez Toro y María Ignacia ‘la Güera’ Rodríguez trascendieron el veto de la historia y lograron visibilizar el rol de ellas en la gesta emancipadora.
Fue hasta el año de 1980 cuando se mencionó por primera vez a una mujer, Josefa Ortiz, en la ceremonia del ‘Grito de Dolores’, que se da la noche del 15 de septiembre.
Josefa Ortiz de Domínguez, ‘la consejera’
Esta mujer nacida en Ciudad de México en 1768 fue, a sus 42 años, una de las primeras participantes en la llamada conspiración de Querétaro y pieza clave para el inicio de la lucha que encabezó el cura y revolucionario novohispano Miguel Hidalgo y Costilla, que destacó iniciando la primera etapa de la guerra de independencia de México con un acto conocido como ‘el Grito de Dolores’.
En su casa se inició el plan de la guerra de Independencia, que se extendió de septiembre de 1810 a 1821. Una vez en marcha, Josefa tuvo un papel fundamental como informante de los caudillos.
Cuando el Ejército Realista —las fuerzas armadas utilizadas para tratar de sostener la monarquía española en la Nueva España y restaurarla cuando México se declaró independiente— descubre la conspiración, ‘La Corregidora’ convence a los insurgentes para que adelantaran la fecha del levantamiento de armas, que estaba previsto para el 1 de octubre de 1810.
Ortiz fue detenida y cumplió tres años de condena en un convento bajo los cargos de traición a la corona española.
Actualmente cientos de escuelas en México llevan su nombre, que también está inscrito con letras de oro en el Muro de Honor del Palacio Legislativo de San Lázaro en Ciudad de México y en el Monumento a la Independencia, en el centro de la capital del país.
Leona Vicario Fernández, ‘la informante’
Jugó un papel definitivo durante la lucha por la independencia de México financiando medicinas, el envío de mensajes y dinero para los insurgentes, además de darle refugio a algunos de ellos.
Formó parte de una sociedad secreta llamada ‘Los Guadalupes’, cuyos integrantes crearon una red de correos con Miguel Hidalgo, debido a que pertenecían a la sociedad virreinal y eso les permitía tener acceso a información sobre las estrategias de los españoles para combatir a los insurgentes.
Fue además una de las primeras mujeres periodistas de México. El nombre de Leona Vicario también está inscrito con letras de oro en el Muro de Honor del Palacio Legislativo de San Lázaro.
Gertrudis Bocanegra, ‘la espía’
Hizo labores de espía, principalmente en las regiones de Pátzcuaro y Tacámbaro, en Michoacán, a través de una red de comunicación entre las principales sedes de la rebelión independentista. Unos de sus hijos y su esposo murieron en la guerra y ella misma, más tarde, sería fusilada por la causa.
Bocanegra fue descubierta y aprehendida por el Ejército Realista, que la torturó para delatar a otros participantes de la guerrilla. Gertrudis se negó, fue enjuiciada y encontrada culpable de traición con sentencia de muerte.
Fue fusilada el 11 de octubre de 1817 a los 52 años.
Mariana Rodríguez Toro, ‘la literata’
Tras enterarse de la captura de algunos de los líderes independentistas, el 8 de abril de 1811, mientras se encontraba en una de las tertulias literarias que solía tener con otros simpatizantes del movimiento, Mariana incitó a liberar a los prisioneros y a atacar al virrey, pero sus planes fueron traicionados por un cura.
A pesar de haber sido encarcelada y amenazada de muerte por conspiración, Mariana no delató a ningún miembro de su grupo. En diciembre de 1820 fue liberada, pero murió entrado el año 1821, con lo cual no pudo ver consumada la independencia de México, el 27 de septiembre de 1821.
El nombre de Mariana Rodríguez Toro también está escrito en letras de oro en el Muro de Honor del Palacio Legislativo de San Lázaro.
María Ignacia Rodríguez, ‘La Güera’
Popularmente conocida como ‘la Güera’ Rodríguez fue una aristócrata criolla que brindó su apoyo a la causa independentista, principalmente por su cercanía con Agustín de Iturbide, quien después se convertiría en emperador constitucional de México.
Ignacia, además de benefactora financiera de la causa, habría impulsado e incitado a Iturbide, que militaba en el Ejército Realista, a unirse a los insurgentes.
En marzo de 1811 fue acusada ante la Santa Inquisición por mantener comunicación con Miguel Hidalgo y por adulterio. Sin embargo, solo fue exiliada al estado de Querétaro por un tiempo.
Fue ampliamente reconocida en la clase alta de la sociedad novohispana debido a su belleza y fortuna.