Omisión y olvido de la Fiscalía a más de 19 casos de violación a menores
Compartir

Ernesto Ayuzo
De acuerdo con fuentes internas de la FGEO han expuesto que son al menos 20 los casos de abuso sexual a menores, los cuales hasta el momento permanecen impunes y abandonados; sin ningún indicio de que sean investigados. El caso más reciente es el de una menor de edad quien ha sido violada en repetidas ocasiones en la Ciudad de Oaxaca y se encuentra siendo amenazada por su agresor, del cual conoce perfectamente todos sus datos, pero este se encuentra libre como si nada pasara.
El caso llegó hasta la Fiscalía General del Estado de Oaxaca por una imprudencia de la abuela de esta menor de tan solo 12 años, que tras los abusos quedó embarazada y para “solucionar el asunto” la abuela le dio a tomar unas pastillas de Misoprostol, comercialmente vendido como Cytotec para provocarle un aborto; sin embargo esto solo le trajo serios problemas médicos y tuvo que ser llevada al hospital.
Tanto la abuela como la madre tienen conocimiento de este abuso, lo cual las convierte en partícipes de este delito de violación de menores. De acuerdo al relato de la víctima, tiene tres hermanas más, todas menores, de once, nueve y cuatro años por lo cual teme que ellas tengan que pasar por la misma situación, si la Fiscalía no le da prioridad a la investigación para detener a los responsables de estos abusos.
Desafortunadamente como este caso, existen 19 más que permanecen sin ser atendidos, abandonados en las carpetas de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Contra la Mujer por Razón de Género. Pues han hecho caso omiso de estos abusos que hasta el momento permanecen y permanecerán impunes de no detener a estos depredadores sexuales a quienes no les importa en lo más mínimo los daños a la salud física y mental de sus víctimas.
Estos casos se pueden constatar en los archivos de la dependencia donde hay víctimas que tienen hasta tres carpetas de investigación abiertas por este tipo de delitos, pero hasta el momento permanecen intactas, empolvadas y olvidadas, mientras los agresores se encuentran realizando sus actividades a plena luz del día con completa normalidad.