OPINIÓN | La gran oportunidad de Oaxaca
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COINCIDENCIAS | BERSAHIN LÓPEZ LÓPEZ
El diseño institucional de una administración pública, debe de contar con todos los elementos que la realidad nos dicta para que, las acciones emprendidas por esta, puedan ser eficaces y eficientes, cualquier equivocación puede llevar a desviar el rumbo, dejando de cumplir la principal obligación de un gobierno: dotar de certidumbre y beneficio colectivo a sus ciudadanos.
Estamos viviendo los últimos días de un gobierno estatal que, en casi seis años, no pudo cumplir con las promesas de campaña realizadas en 2016. Vemos un Estado olvidado por funcionarios que, en su mayoría, no son de Oaxaca y que, por desconocimiento o ignorancia, no pudieron implementar políticas públicas eficaces.
Grande lección para el futuro nos deja la administración saliente: necesitamos servidores públicos que tengan el firme compromiso con el pueblo y no con su futuro personal.
Tendremos los próximos seis años para evaluar la administración del gobernante saliente; deberán de existir cosas positivas que al pasar de meses y años, puedan manifestarse a la vista de quienes vivimos en Oaxaca, porque lo que hasta el día de hoy se puede percibir es: poca política; nula administración, así como inexistente obra social e infraestructura ausente.
Esperemos, por el bien de Oaxaca, que con el paso del tiempo se puedan palpar, en la realidad, las cifras que actualmente se presumen sobre la merma de la pobreza y el aumento de indicadores de bienestar, lo que todavía no puede sentirse en la mayoría de las comunidades y familias oaxaqueñas.
Hay una gran oportunidad para Oaxaca y no es precisamente cimentando esperanzas en gobiernos o personajes, la oportunidad está en la construcción de la unidad colectiva, en la unión de voluntades para impulsar acciones desde la sociedad para trabajar de la mano con los distintos órdenes de gobierno, con los poderes legal y legítimamente constituidos.
La oportunidad se encuentra en el fortalecimiento de causas en común, de ideas que surjan de las comunidades y se implementen en todas las regiones; debe nacer una conciencia social más participativa, vigilar el actuar de quienes nos gobiernan o representan. Es una obligación cívica que debemos de encauzar para lograr que se atiendan temas pendientes y causas olvidadas.
En los próximos meses, iniciará una nueva administración pública estatal, no es la llegada de un gobernante solamente, significa el arribo de una nueva dinámica de gobernar y concebir el bienestar de Oaxaca.
Quienes integren el nuevo equipo gobernante, tendrán la gran posibilidad de incentivar la participación social; hacerse acompañar de la ciudadanía es la principal herramienta para acabar con malas practicas y desaseadas formas de mal gobernar.
Los que integran el nuevo equipo político que gobernará Oaxaca, tienen muchos ejemplos de lo que NO se debe de hacer; la actual administración les dejará muchos ejemplos de eso que la ciudadanía ya no quiere y que fue el principal factor para que llegaran distintos colores al poder.
La gran oportunidad está en la humildad con firmeza, en el ejercicio de la política con lealtad, en la acción contundente, pero pensando en Oaxaca: vivir el presente pero actuar pensando en el futuro, es la alternativa.
Es necesario actuar con prudencia e inteligencia, se debe de mantener lo que está bien cimentado; hay que cambiar lo que ha hecho daño y frenado el desarrollo. Oaxaca necesita sensibilidad, determinación política para arreglar conflictos y buscar alternativas de convivencia armónica en un Estado plurietnico y diverso.
La gran oportunidad es de la ciudadanía, frente a eso, le toca al nuevo gobierno generar las condiciones de una alianza social permanente que le permita hacer historia y dejar, después de seis años, un legado de bienestar y buenas acciones; sentar las bases de una nueva idea de gobierno y un modelo de desarrollo integral, es la opción.
Estar abierto a escuchar las propuestas es signo de sensibilidad, aplicar las que realmente funcionen es muestra de inteligencia, actuar con firmeza contra la corrupción e impunidad es la muestra que la ciudadanía necesita para saber que se puede iniciar un camino diferente en un gobierno distinto, ser firmes y sensibles es posible, en un gobierno que tenga timón, capitán, tripulación y destino.
Las condiciones de una gran oportunidad para hacer algo distinto están puestas, la ciudadanía tendrá un papel protagónico y, de ser así, realmente estaremos inaugurando un nuevo gobierno, con un final distinto al que hemos conocido en las últimas décadas. Es necesario porque tenemos todo para ser ejemplo nacional de que, con diversidad, se puede generar felicidad colectiva.
Hay que actuar por Oaxaca, lo demás serán verdaderas coincidencias…