CARGANDO

Escribe para buscar

Bersahin López General Opinión

Opinión | La unidad y el relevo generacional

Compartir

Bersahín López | Coincidencias

 

Desde la antigüedad cualquier batalla era cruenta, no existían perdedores a medias, el que ganaba, lo ganaba absolutamente todo. Esta herencia en diferentes momentos de la historia ha llegado al ámbito político, donde quienes triunfan en la arena política no saben reconocer la valía de las aportaciones que pueden generar adversarios políticos y hasta ideológicos, pero cuyas visiones son necesarias para encontrar un ejercicio integral del poder en beneficio de la comunidad.

 

El año 2024 ha simbolizado una lucha intensa por el poder, la polarización de los bandos y el desgaste emocional de la ciudadanía no permitió tener una lucha electoral equilibrada, aún con esto, sí fue encarnizada, dejando una estela de incertidumbre y confronta que pronto tiene que sanarse por el bien del país.

La nación en su conjunto tiene que mostrar solidez al interior y hacia el exterior, los múltiples desafíos de crecimiento económico, estabilidad social, gobernabilidad y desarrollo sostenible obligan a quienes estarán en la toma de decisiones a actuar con la mayor de las capacidades y con una mente abierta a la inclusión para concretar proyectos de beneficio colectivo y largo alcance.

 

 

La unidad no es necesariamente una uniformidad en pensamiento y acciones, pero sí representa un ejercicio de entendimiento y comprensión hacia pensamientos distintos que abonen a acciones únicas, que hagan que México avance en la solución de problemas ancestrales, siendo la desunión uno de los principales lastres a sacudirnos, situación que una nueva generación sí puede lograr.

Se han anunciado por parte de la presidenta electa, con el aval de Andrés Manuel López Obrador, patriarca de la cuarta transformación morenista, una serie de reformas constitucionales, que bien podrían fortalecer al país con una visión de inclusión y unidad, contrario a lo que puede suceder si se impone el sectarismo y la unilateralidad de criterios, siendo las y los nuevos actores políticos los que tienen la gran oportunidad de concretar el relevo generacional que el país necesita, e insertarnos en la nueva dinámica mundial, misma que reclama un país vigoroso, pero sobre todo, unido e incluyente.

 

Pensar distinto y actuar distinto puede enriquecer las opciones de una respuesta única cuando el país lo necesite, pero con variantes y variedades en la forma y en el fondo. 

Seguir creyendo que el país es de uno ya no es posible. Ahora, por primera vez en la historia, el corazón político del país será de mujer, con todo lo que ello implica en toma de decisiones, equilibrios de poder y formas de asumir el manejo del aparato gubernamental. Esta es la oportunidad histórica de cambiar – haciendo.

Nuestra presidenta electa debe convocar a la unidad y a la actuación de una nueva generación, que como ella, quiera hacer historia. Esta nueva oportunidad de México debe dejar atrás los mesianismos para concretar la idea global de incluyentismo y comunidad; el desarrollo de todas y todos, con la participación de muchos, por el bienestar de México.

Esta nueva generación no es por la edad, sino por la circunstancia que nos toca vivir. En ella cohabitarán personas de distintas edades, pero con el común denominador de una renovada forma de pensar, que no traicione sus ideales, pero que sí incorpore en su actuar visiones distintas, que fortalezcan la viabilidad del desarrollo de las comunidades y las personas que en ellas habitan, dándole a México una posibilidad de crecimiento más integral.

La complejidad del aparato de representación política en el país permite que en la realidad, exista corresponsabilidad en las consecuencias de la práctica política, dando la posibilidad de múltiples contribuciones locales, que en mucho pueden ayudar a la unidad nacional.

 

Una nueva generación de practicantes de la política es necesaria para vislumbrar cambios sustanciales en todas sus aristas y la actuación gubernamental en México. En este sentido, la reforma constitucional para borrar la posibilidad de reelección puede ser una buena forma de incentivar la participación de distintos, tal vez con igual o mejores capacidades de los que actualmente están; es necesaria la experiencia, pero es urgente la renovación generacional, que entienda las nuevas formas de avanzar y transformar incluyendo. 

 

Desde la alcaldía mas apartada del centro del país, hasta el principal despacho de la administración pública, requieren sensatez, visión, humildad en el actuar, resultados, amor al prójimo y respeto a la práctica política. Todo esto hará que la unidad nacional sea verdadera y la nueva generación que tome las riendas del país se unifique por causas verdaderas.

Cualquier unidad que no tenga sustento social, será momentánea y lo que requerimos son actitudes sostenibles, que logren que la política sea de unión y verdadero beneficio comunitario.

 

Deja un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked *

error: ¡El contenido está protegido!