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Tejiendo sororidad

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“Necesitamos tejer sueños para restaurar el paraíso, incluso en tierra infértil”

(Tejedora, 2016)

Rosa B. Simón Sánchez

Con cada sueño se inicia una historia, cada zona muerta de nuestra alma se restaura en un tejido, así vamos elaborando mano a mano la vida. Cada mujer se encuentra en el camino a otras mujeres que tejen historias de esperanza, de amor, de hermandad.

Hay momentos en que los hilos son inservibles; cargados de miedos, de dolor, de injusticia y violencia. Pero cada hilo simboliza un nuevo ciclo, un pacto entre mujeres. Las tejedoras de sueños despiertan a la vida, narran historias de fuerza, valentía, sabiduría. Mujeres que aman el arte y que a través de sus manos cuentan la historia de mujeres que se han restaurado a sí mismas y de hombres que son sus compañeros, aliados y amantes. En este tejido no hay desigualdad, porque se miran libres de prejuicios, de estereotipos y aprendizajes sociales.

Encontrarse con una tejedora de sueños es aprender a tejer con ella, es mirar el mundo de otra manera, en otra piel. Ellas saben viajar al mundo de los sueños y conocen el antídoto para la desolación. Es por eso que cuando van caminando, su mirada te atrapa y te invita a crear, a despertar, a no perder el tiempo en envidias, competencias y venganzas.

Su corazón se encuentra en el centro del tejido, porque no hay jerarquías, se miran diversas pero únicas, se reconocen de acuerdo a sus talentos y capacidades. A una tejedora de sueños la puedes unir pero nunca atar, no ocultan nada debajo de sus hilos y sus manos son caricias que no se olvidan.

Las ancestras y ancestros les entregaron su sabiduría, esa que emana del cuidado y respeto a la tierra. Es por ello que siempre retoñan a un en tiempo de sequía.

Tejer sueños, puntada a puntada, es una esperanza en tiempos de crisis, de apatía, de incertidumbre. Es abrazar tu herencia para soñar en comunidad y crear en colectivo para existir.

Hay que tejer pactos entre nosotras, sin importar edad, creencias, preferencia sexual o afiliación partidista, para vivir en un mundo libre de violencia de género.

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