¿Y AHORA QUE SIGUE?
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COMUNICADO
Reza un dicho popular que “después de la tempestad viene la calma”, los sucesos que recientemente se han vivido en el país, principalmente en el centro y sur de México, requieren de una atención permanente, lo actual de la noticia por la cobertura mediática, en ningún sentido puede ser referencia para la cantidad y calidad de ayuda que se destine.
El terremoto de 8.2 grados que azoto Oaxaca y Chiapas el 7 de septiembre de este año, tuvo una cobertura mediática importante, de inmediato el presidente de la República Enrique Peña Nieto y sus Secretarios de Estado llegaron en auxilio del pueblo de Oaxaca, reforzando el trabajo que por la contingencia había iniciado el Gobernador del Estado Alejandro Murat, fueron días de visitas permanentes de altos funcionarios, recorridos por las zonas afectadas, anuncios de apoyos para la reconstrucción, lo cual permitió aun con deficiencias, que la ciudadanía notara el animo de ayuda del Gobierno Federal.
El 19 de Septiembre momentos antes de aterrizar en la base aérea de Ciudad Ixtepec, Enrique Peña tiene que volver a la Ciudad de México ya que ha recibido la información en pleno vuelo de que un sismo se había dejado sentir en la capital del país, sin que se haya planeado, por circunstancias de la naturaleza, el reacomodo de las placas tectónicas o cualquiera que sea la explicación de estos “movimientos telúricos”, por algunos momentos por lo menos por la atención de los medios pareciera que la prioridad de apoyo cambio.
En los fenómenos naturales, cualquiera que sea su denominación, todos los ciudadanos que se encuentran en el territorio afectado salen con algún daño directo o colateral, por supuesto que requieren y deben recibir la ayuda necesaria que el Estado pueda proporcionar, no se puede convertir en prioridad una zona por la cobertura informativa, sino por el nivel de afectación.
La Ciudad de México es el centro económico y político del País, la importancia que representa atender la contingencia en esta demarcación es indudable, lo mismo que en Morelos y Puebla donde cada día que pasa van surgiendo mas afectaciones muchas de ellas no reportadas en los medios de comunicación; ni un Estado en el País, ni un municipio en un Estado, ni una comunidad de un municipio debe estar por encima de otro en la prioridad de atención por lo que mediáticamente representa, hacerlo de esta manera significaría mas que un desatino gubernamental una barbaridad humana.
Oaxaca y Chiapas, Estados señalados tradicionalmente por la pobreza que en ellos se vive, no pueden ser olvidados por el Gobierno Federal, sin duda acertada por lo menos en el ámbito de la comunicación política, la declaración de Rosario Robles Secretaria de Desarrollo Territorial y Urbano (SEDATU), al salir al paso de especulaciones y reiterar que para el Gobierno Federal, la reconstrucción en Oaxaca sigue siendo una prioridad, eso muestra una dinámica de continuidad aun sin tantos reflectores de los municipios afectados en la zona del Istmo de Tehuantepec.
Vemos al Gobernador del Estado recorrer incansablemente los 41 municipios de la zona, ahora también visito Huajuapan en la mixteca oaxaqueña que fue afectado por el ultimo sismo del 19 de Septiembre, pero necesitamos que también se atiendan las zonas de la sierra mixe, que aunque no hayan aparecido en Televisa, Tv azteca o en coberturas permanentes estos municipios, ahí también hay afectaciones no solo por el sismo sino ancestrales que no han sido atendidas y que esta puede ser la oportunidad para voltear a verlos, tendiéndoles la mano de la ayuda estatal y federal.
Es fundamental atender esta contingencia, remediar el dolor de los ciudadanos afectados, echar a andar la estrategia de reconstrucción, pero también es importante que se siga con lo planteado y planeado para el desarrollo de Oaxaca en todos los rubros, la distribución de las tareas, el accionar del gabinete estatal para atender zonas y municipios sin descuidar sus funciones especificas es indispensable, una prueba de fuego para un gabinete altamente criticado desde el comienzo del sexenio, un parámetro para medir eficiencia, eficacia de los servidores públicos para Alejandro Murat, lo mismo para el gobierno federal en todas sus áreas.
Este sismo no solo permitió seguramente un reacomodo geológico, sino sacudió a todo un país en su forma de ver lo que sucede actualmente, se colapso o por lo menos fisuro de manera importante la forma tradicional de hacer frente a las contingencias, daños colaterales en muchos sentidos, la mal llamada “clase política”, los constructores, servidores públicos, representantes populares, partidos políticos y todos los mexicanos tenemos la enorme posibilidad de aprovechar esta mala circunstancia para cambiar la dinámica en la que llevamos al país, sino es por voluntad, que sea obligados por la naturaleza, pero es impostergable cambiar la actitud, la forma de hacer las cosas, revisar privilegios, atender necesidades, sacudirse lastres, todo eso es necesario si queremos salir adelante en la reconstrucción del País no por los sismos de Septiembre, sino por las décadas o siglos de afectaciones que con acciones diarias ha venido padeciendo México, esa es la reconstrucción más perdurable que si queremos vamos a lograr, los edificios y muros seguramente también se lograran poner en pie.
La psicosis permea en el humor social, pero la vida sigue, devolvamos la normalidad a las actividades diarias, el desastre fue mucho, el dolor incalculable, pero los retos que como sociedad tenemos frente a nosotros son mayúsculos, esos retos nos requieren de pie y con la mejor de las actitudes, reconstruir los estados afectados nos da la posibilidad de reconstruir México en su conjunto, ahora sigue ser proactivos, propositivos, dejar de ser sectarios en los beneficios y perjuicios, ahora sigue caminar de la mano aun con diferencias, ahora sigue aprender a ser honestos y transparentes, ahora sigue tratar de ser los mejores ciudadanos, padres y madres de familia, obreros, profesionistas, arquitectos, ingenieros, seres humanos, para que todo lo que hagamos lleve calidad, la calidad que ningún movimiento telúrico geológico, político, bélico o económico, pueda poner en riesgo lo que hemos edificado.
Ahora lo que viene es reconstruir desde el origen, con la esencia del mexicano en su conjunto, exigir con participación en todos los ámbitos de la vida nacional, ahí puede radicar el secreto de esta nueva etapa, participación para entender, comprender, asimilar de manera real lo que pasa, pero sobre todo para cambiar lo que este a nuestro alcance, con eso avanzaremos de manera importante en la reconstrucción de nuestro país.