OPINIÓN | Si votas, que sea informado

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Carlos Villalobos

 

Cada que está por presentarse  un proceso electoral siempre reviven discursos que minan la confianza que se han creado alrededor de organismos autónomos, como el Instituto Nacional Electoral(INE)  como “¿Para qué votar?”, “son los mismos de siempre”, “yo voy a votar por todos los candidatos del partido x porque me dieron dinero” y un muy largo etcétera que siempre ha estado presente en nuestra vida.

En la elección más importante desde la aparición de la joven democracia representativa mexicana, los enemigos a vencer, no son el presidente y el partido oficial o la tan “temible mafia del poder PRIANDRDista”, los verdaderos enemigos son el desinterés , la apatía y el desgano de todas y todos aquellos que son los encargados de seguir aceitando esta máquina llamada democracia, las y los ciudadanos.

Es cierto, en conjunto, partidos políticos y políticos abanderados por institutos políticos no ayudan a que estas perspectivas cambien, siendo las mismas personas postuladas una y otras vez, postulando a personas de dudosa reputación, pero sobre todo basando el periodo de campañas electorales en descalificaciones o meras maromas publicitarias fabricadas sólo para llamar la atención, sin importar el fondo.

En este escenario surge la pregunta más importante ¿Vale la pena votar? La respuesta simple y seca es SÍ, pero no puede quedar ahí. El voto es importante porque aunque sea el punto máximo de la participación, no es el único momento de participación ciudadana.

En México tenemos, quienes tenemos acceso a internet, no tenemos pretexto alguno, es tiempo de analizar a las y los candidatos, sus propuestas, sus proyectos políticos, sus aliados y si fuera el caso, los resultados que hubieran entregado en gestiones anteriores.

Para quienes no cuenten con internet, en medio de una pandemia mundial que se ha agravado por la irresponsabilidad de autoridades sanitarias y que pareciera que se relajó el semáforo para la primera semana de campañas locales, solo queda esperar a que toquen su puerta aquellos que estén dispuestos a hacer campaña territorial.

Hoy contamos con libertad, libertad para escoger inmiscuirnos, o no, en los procesos de la vida pública, que hoy damos por hecho su existencia y damos por hecho que siempre estarán ahí, minimizando el esfuerzo de todas y todos aquellos que han dado su vida por los procesos de participación ciudadana.