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Corrupción colapsa los Servicios de Salud de Oaxaca

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Álvaro Morales

A pesar de los recursos por 26 mil millones de pesos ejercidos en la dependencia durante los últimos cinco años, los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) vivieron durante 2021 la peor crisis de su historia, con hospitales colapsados por falta insumos, medicamentos y personal, así como de servicios elementales como energía eléctrica, gas y agua.

Al menos cuatro menores de edad murieron durante las últimas semanas por falta de atención hospitalaria, lo mismo que decenas de pacientes adultos cuya vida se desmoronó ante la carencia de una infraestructura sólida en la atención hospitalaria.

En octubre pasado, al menos 2 mil 500 trabajadores eventuales fueron despedidos a pesar de que de ellos prácticamente había dependido la funcionalidad de sectores elementales.

Aunque la autoridad estatal justificó que los puestos eran prescindibles y que no eran de importancia vital, el cese de aquellos miles de médicos, enfermeras y personal paramédico se tradujo en el colapso de unidades médicas al interior del estado, que tuvieron que ser cerradas total o parcialmente por falta de médicos y enfermeras titulares.

Si bien en sus contratos eran considerados como trabajadores eventuales, en la práctica se trataba de personal con hasta 10 años de experiencia en la función pública, en los servicios de salud de Oaxaca.

El despido del personal se tradujo, por ejemplo, en el cierre de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Civil “Aurelio Valdivieso”, el más importante y el hospital de referencia de los SSO.

Además se tradujo en el cierre de la unidad de oncología del mismo nosocomio y en la reducción de atención en el área pediátrica.

Lo mismo pasó en hospitales de las regiones del Istmo de Tehuantepec, Cuenca del Papaloapan, Costa y Mixteca.

Protestas

Los despidos masivos del personal se tradujeron en una serie de movilizaciones y bloqueos carreteros efectuados tanto en la zona metropolitana de Oaxaca capital, como al interior del estado y en la ciudad de México, el centro del país.

Los médicos y las enfermeras exigían el regreso de sus espacios de trabajo, mientras demandaban que los SSO transparentaran el destino de los recursos públicos previstos para el pago de la nómina, pues existen denuncias acerca de que al menos el 30 por ciento de los recursos podrían fugarse en el pago de aviadores.

La autoridad nunca efectuó una auditoría pública de los recursos, pero sí continuó en su negativa de contratar nuevamente al personal despedido.

En una de sus protestas, los trabajadores consiguieron ser atendidos por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador; sin embargo, aunque el titular del Poder Ejecutivo prometió que serían absorbido por el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y el IMSS-Bienestar, esto no había ocurrido al cierre de diciembre, aunque existía la promesa de que el proceso respectivo se llevara a cabo en enero próximo.

Colapso total

Pero el despido de personal fue únicamente la gota que derramó el vaso, pues a lo largo de 2021 la escasez de medicamentos e insumos continuó siendo constante en todas las unidades de salud.

En plena pandemia de Covid 19, trabajadores del Hospital Macedonio Benítez Fuentes acusaron que el proveedor de oxígeno, insumo elemental en el tratamiento de pacientes graves de Covid, había advertido que suspendería el suministro de ese producto debido a que los SSO no habían cumplido con el pago correspondiente.

En el Hospital Civil Aurelio Valdivieso la falta de gas se tradujo en que el servicio de lavandería fuera suspendido en múltiples ocasiones, al igual que el suministro de agua para uso humano.

Nuevamente en el hospital de Juchitán los médicos tuvieron que operan en un quirófano sin servicio de energía eléctrica, alumbrados con las luces de sus celulares, al tiempo que el gobierno despidió a más de mil trabajadores encargados de la seguridad y el aseo de todas las unidades.

En 2021, el presupuesto etiquetado para los SSO fue de 8 mil millones de pesos y a pesar de ello, la institución permanece en quiebra.

 

¿Y el dinero?

Así, sin transparentar el destino de los 26 mil millones de pesos gastados por aquella dependencia durante los últimos cinco años, el Poder Ejecutivo de Oaxaca solicitó al Congreso local autorizar un aumento de 4 mil 310 millones de pesos en el presupuesto 2022 de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) a efecto de que la cantidad de recursos ministrada al organismo llegue a los 12 mil 27 millones de pesos.

La petición hecha al Poder Legislativo indica que tal aumento equivale al 55.86 por ciento del presupuesto que le fue autorizado para este año (7 mil 716.61 millones de pesos), al tiempo que justificó que 3 mil 924 millones de pesos serán destinados al “saneamiento de obligaciones fiscales de los Servicios de Salud de Oaxaca”.

En términos reales, los 12 mil 27 millones de pesos, ya autorizados, representan el 40 por ciento del total de los recursos ejercidos por los SSO durante los últimos cinco años.

Los dos Organismos Públicos Descentralizados (OPD) que más recursos gastarán el próximo año serán el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), con 26 mil 179 millones de pesos, y los SSO, con 12 mil 27 millones de pesos.

Durante los últimos cinco años, entre 2017 y 2021, los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) ejercieron recursos por 26 mil 866 millones de pesos.

El presupuesto cobrado por aquella dependencia se divide de la siguiente forma: 4 mil 454 millones de pesos en 2017; 5 mil 163 millones de pesos en 2018; 5 mil 709 millones de pesos en 2019; 6 mil 707 millones de pesos en 2020 y durante los primeros nueve meses de 2021 un total de 4 mil 833 millones de pesos, aunque el presupuesto autorizado es de 7 mil 716.61 millones de pesos.

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