Oaxaca padeció en 2021 una de las peores sequías de los últimos 30 años
Compartir
Álvaro Morales
El 2021, en plena pandemia de Covid 19, se convirtió en el año con la peor sequía de las últimas tres décadas, con más del 85 por ciento del territorio nacional afectado por ese fenómeno, incluido el estado de Oaxaca, una entidad que, por su parte, ha sufrido la falta de lluvia durante siete años consecutivos en bastas porciones de su geografía.
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, (NASA, por sus siglas en inglés), en su sitio de noticias sobre ciencia, reportó que durante mayo pasado algunos de los territorios más afectados eran la Ciudad de México, así como entidades localizadas al norte y noreste del país.
En el caso de Oaxaca, instancias oficiales y organizaciones no gubernamentales, resaltaron que las afectaciones llegaron al 31 por ciento del territorio estatal con una severidad no vista durante los últimos cuatro años.
Por ejemplo, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) reportó que a finales de abril y las primeras semanas de mayo, el 31 por ciento de la superficie de Oaxaca fue afectada por algún grado de sequía, ya sea moderada o severa, y otro 44.1 por ciento padeció de clima anormalmente seco.
A través del Monitor de Sequía, la dependencia indicó que hasta el 30 de abril, sólo el 24.6 por ciento del territorio estatal permanecía libre de sequía o clima seco.
La sequía severa, abundó, afectaba en aquel periodo a 15 municipios localizados en las regiones del Istmo de Tehuantepec y Costa, al tiempo que 108 demarcaciones más padecían los estragos de la sequía moderada en las regiones del Istmo de Tehuantepec, Costa y Sierra Sur.
Asimismo, refirió que las condiciones de clima anormalmente seco se distribuían en mayor medida en las regiones del Istmo de Tehuantepec, Valles Centrales, Sierra Sur, Mixteca y Cuenca del Papaloapan.
Por su parte, la Comisión Estatal Forestal (Coesfo) indicó que la superficie afectada por los incendios forestales había ascendido a 24 mil 441 hectáreas, a causa de 164 conflagraciones ocurridas entre enero y la primera semana de mayo de 2021.
Oaxaca, siete años de sequía continua
Extensas porciones de las regiones del Istmo de Tehuantepec, Costa y Sierra Sur de Oaxaca han sufrido múltiples afectaciones debido a que durante los últimos siete años han sido golpeadas permanentemente por el fenómeno de la sequía en todas sus intensidades, desde moderada hasta extrema y excepcional.
Aunque en 2017 la región del Istmo de Tehuantepec fue declarada zona de desastre debido a que quedó envuelta en un periodo generalizado de falta de agua, esta crisis comenzó hace más de siete años y, en la actualidad, las poblaciones continúan sufriendo los estragos porque el fenómeno se ha agudizado en diversas zonas.
En puntos como el municipio de Matías Romero Avendaño la sequía se ha prolongado durante casi 10 años y en otros sitios, como Santa María Chimalapa o San Juan Guichicovi, ésta ha prevalecido durante un lustro sin que las autoridades hayan establecido planes de apoyo para los sectores afectados; tal ha sido el embate que han sufrido esas tres poblaciones istmeñas, que en 2019 llegaron a registrar durante más de tres meses continuos sequía excepcional, el rango más destructivo provocado por la falta de lluvia.
¿Qué es la sequía y cuáles son sus niveles?
La falta de disponibilidad de agua por la falta de lluvia o sus bajos niveles se segmenta en cuatro niveles: de acuerdo con las autoridades, el clima anormalmente seco (D0) se trata de una condición de sequedad, que no puede ser considerada como una categoría de sequía, pero que se presenta al inicio o al final de ésta.
“Al inicio de un período de sequía, debido a la sequedad de corto plazo, la D0 puede ocasionar el retraso de la siembra de los cultivos anuales, un limitado crecimiento de los cultivos o pastos y existe el riesgo de incendios. Al final del período de sequía: puede persistir déficit de agua, los pastos o cultivos pueden no recuperarse completamente”, explicó.
Después del clima seco, en la tabla de riesgos aparece la sequía moderada o D1, donde se presentan algunos daños en los cultivos y pastos y bajos niveles en ríos y arroyos, y la sequía severa o D2, con probables pérdidas en cultivos o pastos y escasez de agua, lo que amerita acciones restrictivas.
También aparece la sequía grave o D3, con pérdidas mayores en cultivos y pastos y donde el riesgo de incendios forestales es extremo y se generalizan las restricciones en el uso del agua debido a su escasez y, finalmente, la sequía excepcional o D4, con pérdidas excepcionales y generalizadas de cultivos o pastos, riesgo excepcional de incendios, escasez total de agua en embalses, arroyos y pozos, por lo que es probable una situación de emergencia debido a la ausencia de agua.
La peor sequía en 35 años en México
México vivió en 2021 una de las sequías más generalizadas e intensas en décadas.
Al 15 de abril de 2021, la NASA reportó que casi el 85 por ciento del país enfrentaba condiciones de sequía.
“Grandes presas en todo México se encuentran en niveles excepcionalmente bajos, lo que agota los recursos hídricos para beber, cultivar y regar”, señaló el organismo estadounidense.
Cerca de 60 presas grandes, principalmente en el norte y centro de México, permanecían por debajo del 25 por ciento de su capacidad.
Según el Servicio Meteorológico Nacional de México, el noroeste y el noreste pasaron de una sequía severa a una extrema, al tiempo que los analistas agrícolas proyectaron que algunos cultivos sufrirían, como el maíz blanco en Sinaloa (el mayor productor de maíz de México).
Desde el 1 de octubre de 2020 hasta el 18 de abril de 2021 (durante la temporada seca), el servicio meteorológico informó que el país tuvo alrededor de un 20 por ciento menos de precipitaciones de lo normal. Varias áreas en el este, oeste y sureste de México también alcanzaron temperaturas superiores a 35 °C.
Los meses húmedos de 2020 también recibieron precipitaciones escasas, en parte debido al reciente evento de La Niña. El agua inusualmente fría en el Océano Pacífico del este inhibe la formación de nubes de lluvia y produce menos precipitaciones sobre México y el sur de los Estados Unidos.
“México se está acercando a una de las peores sequías generalizadas registradas. En 2011, las condiciones de sequía abarcaron el 95 por ciento del país y provocaron hambrunas en el estado de Chihuahua. En 1996, el país vivió la peor sequía registrada y sufrió enormes pérdidas de cosechas”, apuntó la NASA.
A medida que La Niña disminuye, los meteorólogos esperaban que el calentamiento de las aguas provocara la lluvia que tanto se necesitaba, una temporada de precipitaciones que en el caso de Oaxaca, arrojó inundaciones inusuales en las regiones del Istmo y de Valles Centrales.