Que se vaya ya sabes quien a ya sabes dónde…
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Ya en pleno proceso electoral nos encontramos con una cauda de información noticiosa en medios escritos, electrónicos, en portales de internet y por supuesto en las redes sociales, pero en la actualidad toda esa información solo tiene el valor que le otorga el lector, desafortunadamente la confiabilidad de las noticias ha sido trastocada muchas veces por los mismos generadores de notas, columnas, artículos, etc, pues el síndrome de la conspiración en los medios es desenfrenado e indispensablemente deberíamos comparar la información con diversas fuentes para establecer su confiabilidad en el terreno de los hechos, y en general eso no se hace, en estas líneas no intentamos decir que somos poseedores de verdades, ni parciales ni absolutas y parafraseando a Umberto Eco pero acotando el espectro de su opinión, que versaba sobre el postulado de que las redes sociales dan el derecho de hablar a idiotas, con legiones de idiotas, mi opinión sin ser pretencioso, es que aunque hay verdad en la idea, no es aplicable a todo ni a todos, creo que el filo se ubica más del lado del lector que del que escribe, y la multiplicación casi exponencial de esa información o desinformación adquiere para muchos un valor casi evangélico, polariza las posturas de quienes defienden y de quienes disienten, con argumentos ofensivos, ruines y mentirosos, finalmente pareciera que solo pretenden la beatificación de unos personajes de características de infalibilidad casi mística, y de condena publica para sus adversarios sin importar cuantos ni quienes sean, unos se vuelven dechados de virtudes y otros depositarios de todas las culpas por las desgracias pasadas, presentes y futras no solo de la patria, sino pareciera que incluso de la humanidad, a unos el oprobio y la descalificación y a otros todo el mérito que otorga la incredulidad, el fastidio, el desencanto y tantos y tantos años de corrupción y mentiras.
Sin que medie análisis alguno, hay personas se vuelven paladines de unas causas y enemigos de quienes no comparten sus causas ni criterios, existe ya un preocupante antagonismo social alimentado por mentiras y posiciones irreductibles que quizá no se salga de control durante el proceso electoral pero que posiblemente eso si pase, al conocerse los resultados, y eso debe preocuparnos y ocuparnos, estamos ciertos que requerimos tranquilidad y orden, más allá de las cuestiones económicas y de orden público, de paz social y seguridad, requerimos poder llegar a casa la noche del 1 de julio y las subsecuentes con la certeza de que nuestras familias están bien, que nuestros bienes están a salvo y nuestros trabajos igual.
La increíble cantidad de mentiras que se enarbolan respecto al mal que representan unos y las bondades que acompañan a otros es de risa, pareciera que algunos solo traen males y perversidades y otros paz, bienestar y bonanza, con unos las hordas de malos se desataran y si acompañan a otros se convertirán casi en ángeles por virtud y designio de un santo, no habrá pobres porque todos financiaremos su llegada al espacio de bienestar que para ellos se ha designado, todos estudiaran porque les mantendremos su formación hasta que seamos un estado de técnicos y científicos con todos los conocimientos del mundo pero sin trabajo, en un estado sin servicios ni proveedores, porque no han aclarado quien se encargara de esas tareas, y una innumerable cauda de sandeces y absurdos, si, atractivos, quizá incluso interesantes, pero irrealizables.
Esperamos realmente campañas con propuestas inteligentes, realizables, alcanzables y acordes a nuestra realidad y condiciones, todos pueden decir lo que quieran pero está exclusivamente en nosotros entender si lo propuesto u ofrecido es realizable y sostenible, nadie nos puede decir que estaremos mejor con ya sabes quién pues es un iluminado y portavoz de las buenas nuevas, sin decirnos que va a hacer para la supuesta reconstrucción nacional, pues de esas propuestas quienes conocimos y vivimos su apogeo, quedamos no solo noqueados sino en la lona, revisen la historia, remítanse a los años 70’s y 80’s, a las gloriosas épocas de Echeverría y López Portillo y tendremos claro que ya sabes quién se debe ir a ya sabes dónde…
Oaxaca de Juárez, enero 21 de 2018.
@FerruscaOax