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“Vives muerta en vida”, lamentan familiares de personas desaparecidas omisiones de las autoridades en Oaxaca 

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  • Piden sensibilidad y responsabilidad al emitir informes y declaraciones 

 

Ivonne Mateo 

Luz María lleva 4 años buscando a su hija Zayra Leticia, desaparecida en Huajuapan de León, cuatro años en los que ha batallado no solo con la incertidumbre de desconocer el paradero y el estado de Zayra, sino también enfrentándose con múltiples omisiones en los procesos de búsqueda e investigaciones en el caso. 

“No le toman esa seriedad, no le toman esa importancia a la búsqueda de nuestros hijos e hijas, es muy difícil no saber de su paradero, no sabemos si tienen vida, si no tienen vida, es estar muerta ya en vida, porque no sabemos qué está pasando con nuestros seres queridos, no tenemos ni idea dónde encontrarlos”, lamenta Luz María, quien tuvo que viajar de la región Mixteca hacia la capital de Oaxaca para pronunciarse sobre las recientes afirmaciones de la titular de la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas Desaparecidas en Oaxaca (CEBPEO), y el secretario de Gobierno, Jesús Romero López, quienes informaron que la tasa de localización de personas desaparecidas en la entidad alcanza en 83 por ciento. 

“No estamos de acuerdo con esas cifras, no sé de dónde lo sacó la maestra Michel, porque si dice que el 83 por ciento han sido encontrados, entonces ¿nuestros hijos ya los encontraron ellos? Ya voy para 4 años, 3 meses y no hay muchos avances. No son números, son personas, son seres humanos”, condena. 

Al igual que Luz María, Adela ve transcurrir los días sin tener noticias sobre su hijo, Edi Noel Pérez Hernández, desaparecido en Ocotlán de Morelos, en 2022. La mujer también reprueba las declaraciones de los funcionarios y pide sensibilidad en los casos. 

“A mí la licenciada Michel nunca me ha llamado personalmente a decir: mire estos son los avances; yo he insistido en la Fiscalía, y ahí voy, pero todo es lento. Nadie quiere vivir esta situación, uno vive con esa ansiedad de encontrarlo como sea, pero encontrarlo, y saber de él, dónde está, dónde lo tienen, donde lo tiraron, pero es la fecha que no se sabe nada. A veces como va pasando el tiempo, tanto a la gente como a la justicia se les va olvidando”, refiere Adela. 

En otros casos, como el de Elsa, las mismas autoridades envían a los familiares a realizar las búsquedas. 

“Su responsabilidad de ellos era buscarlo, pero no lo hicieron, mandaron a mi mamá y a mi cuñada a que fueran a los hospitales, a ver lugares, desde ese día a la fecha es lo mismo”, relata la mujer, quien busca a su hermano Eliseo Acevedo García, visto por última vez en octubre del 2024, en Puerto Escondido. 

“Para mi mamá y para toda la familia es muy triste lo que está pasando porque no sabemos nada de él, nosotros lo queremos vivo o muerto pero que regrese con nosotros, que nos lo devuelvan”, suplica Elsa. 

Por su parte, Zenaida, madre de Reginaldo Martínez Martínez, desaparecido el 28 de octubre de 2022 en la Villa de  Zaachila, pide a las autoridades ser sensibles ante su dolor y las dificultades que enfrentan en la búsqueda de sus seres queridos. 

“Que hagan caso a lo que nosotros pedimos por la búsqueda de nuestros hijos, por nuestros desaparecidos, porque es triste, a lo mejor ellos no tienen una persona desaparecida, y no saben el dolor que uno lleva, pero es un dolor muy grande tener a un hijo desaparecido, y acude uno a las autoridades para que hagan algo por nosotros pero la verdad no, hasta la fecha, en dos años no he tenido respuesta de la autoridades, de lo contrario, ellos quieren que uno les dé información, y pues el trabajo es de ellos ¿no?, para investigar, para ver qué relación hay, pero no lo hacen”, menciona.

Por último, don Tomás, quien tiene once años buscando a su hija Arianne Ramírez Ramírez, vista por última vez en Huajuapan de León, refiere que en este tiempo ha sido testigo del actuar de las autoridades y las omisiones en las que incurren en la atención a las víctimas en la CEBPEO y en la Fiscalía General del Estado. 

“Es mentira lo que están diciendo con sus cifras. Por lo regular los que trabajamos más somos los padres de familia. Sean más serios en nuestros casos de cada uno de nosotros, y no nos engañen, que nos digan la verdad, o que nos digan: sabe qué, no podemos seguir su caso, lo damos por cerrado, ya no sigan buscando. Yo, sea quien sea, lo que nada más quiero es saber algo de ella, yo lo que quiero es que, anónimo, me digan: sabes qué: la vimos tal parte, y yo voy a buscarla, es lo único que pido nada más”, sostiene. 

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