AMLO habla sobre el control de armas. En un país donde comandos entran a pueblos a balacear

Rodrigo Islas Brito

Vehículos, residencias, súper mansiones, 600 lotes de joyas entre los que se encuentran costosos brazaletes, anillos, aretes y collares. El presidente de México Andrés Manuel López Obrador ha anunciado una nueva mega subasta de bienes decomisados resguardados por el Instituto de devolverle al pueblo lo robado, cuyo titular Ricardo Rodríguez Vargas se declaró una y otra vez en la conferencia mañanera de este miércoles, orgulloso de servir a los designios de justicia del primer mandatario

La subasta nombrada “Martillo de joyas”, se llevará a cabo este sábado 14 y domingo 15 en Los Pinos en la Ciudad de México, y el dinero se concentrará en la construcción de caminos en La Yesca, Nayarit y Atarjea, Guanajuato. En otro tema que también aspiró a iluminación el secretario de defensa, el general Luis Crescencio Sandoval anunció que hasta hoy 199 mil 919 armas han sido destruidas en plazas públicas de 26 estados del país y mostró videos de los hechos con aparatos partiendo en cuatro fusiles en máquinas especiales al ritmo del himno nacional siendo interpretado por una banda de guerra.

Sandoval aseguró que todas las armas decomisadas o entregadas a la Sedena o las dependencias son destruidas para evitar que sean vendidas en nueva cuenta a la ciudadanía donde hasta ahora los estados pendientes para que las armas sean destruidas son Tabasco, Chiapas, Quintana Roo, Campeche y Yucatán.

AMLO y Sandoval hablaron sobre el tema luego de que hace cuatro días en Villa Unión, Coahuila, se registrara una incursión de miembros armados hasta los dientes del cartel del Noroeste con un saldo de 16 presuntos sicarios abatidos, cuatro policías y dos civiles asesinados. Resultando en gran parte de las fachadas de edificios públicos y viviendas  del pueblo tiroteadas hasta el paroxismo y una población aterrorizada, escondida y cercada.

A lo que el gobernador de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme, definió la motivación del ataque por parte de la banda delincuencial como “entrar a Villa Unión, balacear y salir”, tras lo que las autoridades informaron haber decomisado 18 armas largas, miles de cartuchos hábiles de distintos calibres y 17 vehículos blindados de manera artesana, cuatro de ellos artillados con armas calibre 50.

Ante panoramas como estos, AMLO anunció que abordará el tema tráfico ilegal de armas y de dólares a México durante la visita que hará al país el procurador de Estados Unidos, William Barr, donde se buscará tener mayores mecanismos de cooperación en la materia.

Luis Crescencio Sandoval, dijo por su parte que se tiene un registro de que en México existen 468 mil armas legalizadas y que se estima que hay en territorio mexicano un millón 679 mil armas ilegales aun por recuperarse,  donde la gran mayoría ingresa por vía terrestre a través de los distintos puntos fronterizos existentes entre México y Estados Unidos de sus 3 mil kilómetros de frontera.

El titular de la Sedena informó que mientras las Fuerzas Armadas y los cuerpos de seguridad adquirieron de 2009 a 2019 468 mil armas, se estima que por año a México ingresaron de manera ilegal 2 millones, 200 mil armas. A lo que se suman 12 mil armas que fueron robadas o extraviadas, donde el secretario de defensa estimó que aun hacen falta por recuperar un millón 679 mil armas.

Como ya se ha informado antes, se dijo que alrededor de un 70 por ciento de las armas que existen y ametrallan gente y edificios en México provienen de Estados Unidos, y el resto de España, Austria, Italia y otros países.

Del armamento que proviene de Estados Unidos, este tiene su origen en Texas (de donde viene el 41 por ciento de las armas) Arizona, Nuevo México y California, donde existen 22 mil licencias para ventas.

“Hemos hecho aseguramientos, la mayoría en vehículos en transporte de carga que hacen modificaciones para poder meter las armas en la estructura de la unidad, vehículos particulares” expresó Sandoval especificando que estas armas también pasan por aduanas y por el ferrocarril

A lo que Obrador aseguró que durante su gobierno “no se va a permitir ningún operativo como el de Rápido y Furioso, porque aquello fue una violación flagrante a nuestra soberanía que causó mucho daño, porque se permitió que entraran armas para supuestamente seguir a miembros del crimen organizado, y esas armas se perdieron, y luego se demostró que se usaron para cometer crímenes, y fue un rotundo fracaso”.

Cabe destacar que del 2006 al 2011 el operativo “Rápido y Furioso”, autoría de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), introdujo ilegalmente más de dos mil armas a México que terminaron en manos de diversos grupos y bandas del crimen organizado, dejando al descubierto, la vulnerabilidad y unilateralidad de las políticas estadunidenses en cuanto al tráfico de armas.

En la búsqueda por conocer cómo se realizaba el tráfico de estos artefactos de su país hacía México por la frontera compartida, así como los lugares a los que llegaban, la ATF llevó a cabo la operación que en 2016 fue calificada como “supervisada de manera irresponsable”, según un reporte oficial.

Un informe final de la Oficina del Inspector General (OIG) del Departamento de Justicia sostuvo que tanto la oficina local de la ATF, como los fiscales federales, “fracasaron en considerar adecuadamente los riesgos para la seguridad pública de Estados Unidos y México”, tras lo que se estima que aún hoy en día, siguen apareciendo armas vinculadas a “Rápido y Furioso” en decomisos que realiza el gobierno mexicano a la delincuencia organizada.