Gobierno está condenando a los niños con cáncer a morir, acusa activista en Oaxaca
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I de II Partes
Álvaro Morales
“Decenas de niños oaxaqueños están siendo condenados a morir”, sentencia Sergio Valencia Camarena, uno de los activistas que durante las últimas semanas se ha sumado a las protestas que se llevan a cabo tanto en las calles de la ciudad de Oaxaca como al interior del Hospital de la Niñez Oaxaqueña, que hoy, en medio de su enésima crisis, ve cómo la posibilidad de su cierre definitivo se agudiza cada vez más.
La agonía de aquel nosocomio situado en el municipio de San Bartolo Coyotepec, al sur de la zona metropolitana, se ha prolongado ya durante más de cinco años, pese al clamor de padres, madres, activistas y personal médico, quienes ven en ese centro médico la última esperanza para que cientos de niños y adolescentes, enfermos de cáncer y otros padecimientos graves, puedan salvar su vida… su corta vida.
Cuando parecía que nada podía resultar peor, a partir del 15 de septiembre de 2021, la crisis por falta de medicinas e insumos, que ya ha cobrado la vida de decenas de niños por falta de tratamientos aplicados ordenadamente, tomó tintes aún más trágicos, debido a que 70 trabajadores fueron despedidos a raíz de una reestructura administrativa emprendida por el gobierno del estado.
Entre los despedidos se encuentran casi 60 médicos y enfermeras que atendían cáncer, Covid 19 y otras especialidades que, en el sector público, sólo se encuentran en ese hospital, el mejor certificado de Oaxaca.
Padres y personal médico consideran a aquél como un golpe fulminante porque, ahora, las decenas de niños con cáncer y otras enfermedades que permanecen internados, así como otras decenas de menores con tratamientos ambulatorios, se quedaron, primero, sin medicinas y, ahora, sin médicos.
Buscan amparos e intervención de organismos internacionales
“Se está pensando en amparar a los niños, que, como tal, el amparo no es garantía. Si no hay los medicamentos, el hospital puede demostrar que no tiene la medicina suficiente para atenderlos y quedaría (el tema) así como a la deriva”, continúa Valencia Camarena, presidente de la fundación Nicoatole, una organización que nació en memoria de Nico, el hijo por el que Sergio Valencia luchó hasta el día de su muerte.
“Por otro lado, estamos pensando en tocar nuevamente las puertas de las instancias correspondientes, nacionales e internacionales, tratando de que alguien nos ayude porque no es posible que los estén condenando a morir cuando la realidad es que se puede hacer mucho por nuestros niños”
“El cáncer infantil tratado y detectando a tiempo, tiene muchas probabilidades de sobrevida; no queremos que nuestros niños queden a la deriva, que se sigan muriendo más niños y sobre todo, que el gobierno cumpla con una obligación porque es un derecho de ellos (los niños) que puedan seguir su tratamiento”, reitera el padre y activista.
Tras el cese masivo, 90 por ciento del turno vespertino del Hospital de la Niñez fue desmantelado; nueve de cada 10 trabajadores ya no se encuentran en los pasillos y se han mudado a un módulo de atención callejero situado en el Paseo Juárez El Llano, uno de los parques más emblemáticos de Oaxaca capital, donde desde la semana pasada los profesionales de la salud mantienen en ese lugar una protesta en demanda de su recontratación.
La manifestación consiste en dar consulta en la vía pública para demostrar que no se tratan de aviadores o personal administrativo, como pretenden justificar las autoridades, sino de personas que todos los días veían a sus pacientes y luchaban junto con ellos contra la muerte.
Una semana llevan en la calle y no han obtenido respuesta. Ellos siguen sin trabajo y los niños oaxaqueños sin médicos.
“Los niños están llenos de miedo… no saben sin van a morir”
“Todos los niños, sobre todo los que ya son de 8 y 10 años, que se dan cuenta perfectamente que nos hay medicinas, se están preguntando qué va a pasar con ellos”, reclama el presidente de Nicoatole.
“Muchos de ellos están llenos de medio, muchos de ellos están con la incertidumbre de si se van a morir o no y eso no lo podemos permitir como sociedad civil; entonces, invitamos a la gente a que se sume, que se involucre, se sume para poder resolver esta situación”.
La Asociación Médica del Hospital de la Niñez Oaxaqueña informó que el martes 14 de septiembre fueron notificados de su ceso alrededor de 80 trabajadores eventuales de aquel nosocomio, entre los cuales se encontraban 18 médicos especialistas, 34 enfermeras, 10 trabajadores de áreas afines –trabajadores de Rayos X, camilleros y terapistas—y 18 trabajadores administrativos.
Médicos, traicionados
El despido masivo de trabajadores en el sector salud de Oaxaca había sido anunciado desde mediados de año por el secretario de Salud, Juan Carlos Márquez Heine, con el argumento de que prácticamente 5 mil trabajadores laboraban en la dependencia sin cobertura presupuestal.
Desde entonces, los sindicatos amagaron con movilizaciones en caso de que fuera removida aquella cantidad de trabajadores, por lo que el gobierno del estado se comprometió, en dado caso, a no tocar a médicos y enfermeras, pero incumplió.
A nivel estatal, fueron dados de baja cientos de médicos, enfermeras y camilleros, lo que desató una crisis y una serie de protestas que permanecen vigentes hasta este 27 de septiembre, con un paro de labores en las 850 clínicas y hospitales de la entidad, impulsado por la Sección 35 del Sindicato de Salud, así como bloqueos y protestas callejeras por sindicatos y organizaciones minoritarias.
En el caso del Hospital de la Niñez, el despido de trabajadores a dos infectólogos adscritos al área Covid 19, un neonatólogo, un cirujano pediatra y nueve pediatras generales que permanecían ubicados en el área de urgencias pediatría, terapia intensiva y también en medicina interna pediátrica.
“Sabíamos que había un excedente de personal administrativo; prácticamente era una relación cuatro a uno con el personal médico y paramédico, sobre todo médico, y justo en esos meses de negociaciones había ya mucho compromiso de parte del secretario de salud para mantener a la plantilla de médicos y enfermeras”, indica, por su parte, la infectóloga pediatra, Abigail Pineda López, vocera de la Asociación Médica del Hospital de la Niñez, y una de las afectadas con los despidos.
“Sin embargo, de forma abrupta, el día martes (14 de septiembre) nos enteramos de forma extraoficial que venían estos despidos masivos. El aviso y el documento oficial se nos hizo llegar el 15 de septiembre aproximadamente al mediodía por parte de los directivos del hospital y, justamente, (el despido) abarca cerca del 30 por ciento de la plantilla, de las cuales solo 18 personas son administrativas y el resto somos médicos: 18 médicos y 37 enfermeras, y el resto son áreas afines: cocina, Rayos X, camillería, trabajadores sociales, terapeutas, etcétera… es un grave atropello a nuestros derechos laborales, pero sobre todo el manejo y tratamiento que los niños están recibiendo en el hospital”, agrega.
–¿A qué áreas estaban adscritos los médicos y las enfermeras?
–Al área de infectología (COVID-19 grave), una hematóloga pediatra adscrita al turno vespertino, un neonatólogo del turno nocturno, un cirujano pediatra y nueve pediatras generales, que estaban ubicados en el área de urgencias pediatría; incluso, en terapia intensiva y también en medicina interna pediátrica.
—Esto se suman a la crisis de Covid 19 y a la crisis de atención para los niños con cáncer, ¿qué va a pasar con el hospital?
–Esto no es algo nuevo: quiero que la gente sepa que el presupuesto con el cual cuenta el Hospital de la Niñez es prácticamente raquítico, eso aunado a la deudas que se han adquirido en años anteriores lo que nos condiciona a un mayor déficit en el hospital.
>Incluso, ya había acercamientos para que el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) pudiera absorber el hospital; sin embargo, no pudo ser posible por justamente esas deudas que arrastra el hospital y que el gobierno del estado no ha respondido y no hemos tenido ese apoyo. El hospital es el que tiene más acreditaciones del gobierno federal en todo el estado. Tenemos acreditaciones para hematología, para tumores sólidos; tenemos acreditaciones para UCIN –cuidados intensivos neonatales–; tenemos acreditaciones para hemofilia, para cirugías cardiovasculares…
Tenemos una infinidad de acreditaciones que nos ponen en número uno a nivel estatal; sin embargo, todo este tiempo hemos padecido de déficit de insumos y medicamentos aun teniendo todo este tipo de acreditaciones y ahora, con el despido masivo de personal, estos son niños que se van a dejar de atender, a dejar de dar un seguimiento oportuno…